25 AÑOS DE GRACIA EN LA MISIÓN
“ANTE EL SER DIVINO LA MENTE CALLA EL AMOR CANTA”
Hoy doy gracias a Dios por el don de la vocación a la que
he sido convocada para servir a la Iglesia, a la congregación y a los pueblos indígenas,
25 años recibiendo bendiciones y gracias del Señor
Donación misteriosa es
la vocación.
En mi experiencia misionera he sentido la cercanía de
Dios, la asistencia del Espíritu, la protección de María que como Madre siempre ha estado a mi lado, acompañándome en
momentos difíciles y momentos de gracia, maría Inmaculada ha sido mi sombrilla,
mi bastón, mi chaleco salvavidas.
Doy gracias a las hermanas que me acompañaron en la
formación, Rosa María Cano, maestra de postulantes, Anita Cuellar, maestra de
novicias, los primeros pasos guiados por la Hna. Lucia Lopera, primera
superiora en la misión de Saimadoyi, como también a la hermana Aura la Torre,
provincial de aquel tiempo y a todas las hermanas con las que he trabajado en
la misión y han sido testimonio de
abnegación, servicio, paz, intrepidez, oración, amor al indígena, pasión por la
misión y sentido de pertenencia a la Congregación.
He trabajado gustosamente en las misiones de: Saimadoyi, Jericó
(Colombia), Caneyes, Machiques, Puerto Ayacucho, La lagunita, Santa Inés,
Ciudad Bolívar, San José de Kayamá, Machiques.
He dejado Señor mi casa, mis amigos y familiares para anunciarte
como misionera al estilo de la Beata Laura Montoya, a las que conocí a través
de una revista que me envió una novicia de la congregación de las Misioneras
Lauritas, ella a través de esa revista me invitaba a conocer la congregación,
pues eso fue suficiente, para pescarme, con el más fino anzuelo, yo me
entusiasmé por toda la aventura misionera entre los pueblos indígenas y sentí
la necesidad de compartir mi vida con ellos. Ya el 18 de enero de 1983 ingresé
a la Congregación de las misioneras de la Madre Laura, el 08 de diciembre de
1987 se hizo realidad mis inquietudes y sueños misioneros.
Gracias Madre Laura!!!!!
También yo puiedo decir: “En todas partes descubrí tus
huellas”
A todos un abrazo de hermandad, un gracias y Dios les
pague.
Con gran afecto y cariño.
Hna. Aura Emilce Pineda
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