El 25 de marzo de 2015 en Maracaibo, una hermosa ciudad conocida como la Tierra del Sol Amada, recibe las Reliquias SANTA LAURA MONTOYA.
Con gran alegría, miembros de la comunidad recibieron la Reliquia de Santa Laura en el aeropuerto La Chinita. Luego, realizaron una caminata con la Reliquia desde el complejo deportivo Bicentenario del Sur hasta el templo parroquial del Santísimo Salvador del barrio El Callao, en el municipio San Francisco. La misa la oficio el arzobispo de Maracaibo, monseñor Ubaldo Santana,
¿Quien es Santa Laura Montoya?
Hablar de la Madre Laura, es evocar la memoria de una mujer
enamorada de Dios, que no escatimó esfuerzos para hacer lo que Él le pedía,
siempre atenta a su voz, obediente, auténtica, de profunda fe, generosa y
audaz, dispuesta a servir a todos especialmente a los indígenas a quienes llamó
“su llaga”. Una mujer emprendedora y
valiente que supo vencer toda clase de obstáculos para poder cumplir la misión
que Dios le pedía por el bienestar humano y espiritual de los indígenas.
Su vida se caracterizó por una
enorme pobreza material, ya que cuando murió su padre apenas tenía dos años de
edad y desde ese momento comenzó a peregrinar entre familiares, porque la mamá
debía trabajar para mantener la familia. Desde niña mendigó cariño y alimento y
muy poco recibió, incluso fue rechazada por algunos familiares, pero nunca
albergó en su corazón odio o resentimiento. Ya era un alma grande.
En medio de tantas dificultades,
colmó su alma con amor encendido a la Eucaristía, a la oración y al trabajo sin
límite. Tenía Sed de Dios. Su gran deseo era que:” Dios fuera amado y conocido
de todos”. La fidelidad a la vocación la llevó a fundar la Congregación de
Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena (hoy hermanas
lauritas), las que hemos seguido sus huellas bebiendo del carisma que el
Espíritu santo le inspiró en la quinta palabra de Jesús en la Cruz, “TENGO SED”
nosotras, seguimos sintiendo la misma sed que tuvo
Santa Laura, sed de justicia, de paz, de
solidaridad, de perdón, de hermandad y reconciliación. Jesús sigue padeciendo
esta sed y nosotros estamos invitados a saciarla con amor, compartiendo nuestra
vida con los más necesitados.
Amaba a la Santísima Virgen
María, como a su madre y compañera inseparable en el trabajo misionero, la
veneraba especialmente bajo la advocación de la Inmaculada Concepción.
Santa Laura supo soportar la
calumnia y las humillaciones, esto no la detuvo en la empresa de
evangelización, que podemos considerar como una gesta heroica, pues en ese tiempo,
la evangelización no era considerado para mujeres y ella se atrevió a dar el
paso, aconsejada por sus confesores pues era muy obediente a la Iglesia y la
amaba entrañablemente. Tuvo mucha oposición pero no se dejó vencer por las
dificultades, pues era una mujer de arranque que supo descubrir el amor de Dios
en todos los acontecimientos de su vida y estaba segura que la obra era de
Dios.
Ella encontró en su peregrinar
por esta tierra motivos para llenarnos de esperanza y aliento en la vivencia de
nuestra fe. Nos dejó un ejemplo de cristiana auténtica, de sencillez, de
humildad, caridad, de pobreza, celo apostólico, de amor a la Iglesia y a los
hermanos más necesitados.
Como mística y contemplativa nos enseña a
descubrir a Dios en la naturaleza y a mantener siempre la mirada puesta en Dios,
que nos ama y camina junto a nosotros. Como pedagoga nos dejó el mejor método
para evangelizar que es el amor. Como escritora nos dejó 23 obras escritas y
más de 2.000 cartas de gran mérito por sus temas doctrinales e históricos.
Que su ejemplo de santidad nos ayude a
trabajar por nuestra propia santidad, ya que todos estamos llamados a la
santidad y nos santificamos en la cotidianidad de la vida, descubriendo y
viviendo la presencia de Dios en el servicio a los hermanos, como lo hizo Santa Laura, que se propuso” ser
Santa, grande Santa y pronto”
Maracaibo, 25 de marzo de 2015
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