Hermanas de la Comunidad de Betania y Junioras Celebran el Centenario Congregacional.
Hermanas Misioneras que conocieron la Madre Laura |
Hacer memoria de 100 años de nuestro Carisma Misionero es fundamental para las nuevas generaciones.
Las dos generaciones se encuentran para celebrar una fecha tan especial, las hermanas que han hecho posible el caminar de estos 100 años con sus esfuerzos y sus luchas y las hermanas Junioras, la generación que recibe esta herencia y que está llamada a dar continuidad de tan bello Carisma, en un mundo que todos los días nos desafía y nos invita a no perder la originalidad carismática, a ser profetas de esperanza y como Santa Laura y hermanas cofundadoras abrir caminos nuevos.
“La vida religiosa quiere ser un planeta habitable y cultivable por las nuevas generaciones, una nueva rampa de lanzamiento para otros vuelos”.
Hace 100 años Santa Laura y sus compañeras, emprenden el camino hacia Dabeiba.
Grandes Mujeres aventureras, de corazón apasionado y con una motivación especial "Que Dios sea conocido por todos"
La caravana de estas mujeres es el inicio de un nuevo tiempo para la mujer seglar. En sus ojos llevaban el brillo de la esperanza, en sus mochilas la alegría del encuentro, la utopía de un mundo nuevo de compromiso profético.
Como mujer interpelada por el Espíritu del Señor se lanzan con pasión a un estilo de vida diferente que sin duda para la época era una locura. Lograron superar el concepto de inferioridad y debilidad femenina, demostrando que es posible llevar adelante obras de gran contenido social y religioso. Creyeron en el valor de la mujer, de su trabajo, de su capacidad para llegar al más débil y oprimido y elevarlo a su dignidad de hombre e hijo de Dios.
Nosotras las nueva generación queremos continuar con un estilo de vida Misionera según nuestra espiritualidad carismática donde la alegría, la esperanza y el anhelo de que muchos conozcan a Dios y se sientan sus hijos amados, sea una realidad, donde podamos ver los pueblos que acompañamos con sus derechos garantizados.
Para vivir en fidelidad a nuestros orígenes es necesario celebrar, hacer memoria, esta se ha de convertir en un elemento creativo, audaz…volver a los orígenes y celebrarlos descubriendo el paso de Dios, la manera espontánea y gozosa de una vida nueva
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