Evangelizar implica asumir riesgos.
En 1978, llegan las Misionera Lauritas a Caucagüita- Edo Miranda- Venezuela, una comunidad golpeada por la violencia y las condiciones inhumanas en que vivían en aquella época. Era un lugar sin asistencia de ningún tipo.
Esta comunidad cobró vida y esperanza, con el trabajo silencioso, pero profético de unas mujeres, simples pero valientes que supieron insertarse en la realidad de cada uno y devolver como Jesús la dignidad y la voz, para juntos construir nuevas formas de ciudadanía. Allí las Misioneras de la Madre Laura despertaron en las mujeres, jóvenes y niños un liderazgo y compromiso no solo religioso, como social, que perdura hasta hoy.
Las hermanas dejaron esta Vicaría Pastoral, luego de todo un proceso de organización, pues como es característico, una vez que la comunidad está organizada y en condiciones de continuar solos, las misioneras deben ir a otro lugar más pobre y emprender una nueva tarea evangelizadora.
Por eso con gran cariño se recogieron los testimonios y experiencias vividas a lo largo de todo este tiempo de acompañamiento, a través de un libro que sistematiza un proceso de crecimiento de una comunidad que ha dado frutos y que continua revitalizándose.
En el día de ayer se hizo entrega del libro sistematizado y se compartió junto a la comunidad.
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