MADRE SAN BENITO JOSE LAVRE
(Mercedes Giraldo)
La Madre Laura había conocido a Mercedes Giraldo en Marinilla en 1908,
fue a la única del grupo a la que invitó personalmente.
Siempre se caracterizó por ser una mujer de gran confianza y seguridad,
dijo un SI un rotundo sin alteración y sin miedo, las dificultades por las que
pasó el proyecto no lograron desanimarla ni hacerla dudar de su opción.
Desde los inicios Mercedes Giraldo que luego se llamará María San Benito
José Lavre asume la responsabilidad de ecónoma en aquella pequeña comunidad en
la que no tenían las condiciones necesarias para vivir, sin embargo esto no fue
obstáculo para que liderara la construcción del primer rancho declarándose
arquitecta, así poco a poco fue proporcionado lo más urgente en la misión,
tenía gran habilidad para negociar y crear, con su talento practico resolvía
los problemas más inexplicable, para la Madre Laura fue una compañera fiel que
la animaba y la apoyaba en los momentos difíciles, acompañándola en las
excursiones más difíciles.
“¿Qué hacer?, escribe la Madre Laura, lo que habíamos propuesto desde
Medellín: pasar por encima de todo, sufrirlo todo y salvar las almas a todo
trance!
Conocíamos que por Dios nada había de faltar y determinamos que por
nosotras tampoco faltará nada que estuviera a nuestro alcance. ¡Bendito sea
Dios que me da unas socias tan al colmo de la necesidad!
La Hermana San Benito me dijo: tranquilícese, cómo no hemos de saber
hacer un rancho? Y punto seguido se declaró arquitecta…
Era una mujer de recio carácter, valiente y esforzada sirvió de sombra a
nuestra Madre Fundadora, fue humilde, obediente, sacrificada, con visión de
futuro, responsable, recta, honesta, fiel , con sentido de pertenencia, en lo
referente a lo económico no procedía sola, siempre consultaba con personas
expertas en negocios y con la aprobación de la Madre Laura.
Impulsó mucho el trabajo de las huertas, en los noviciados, era amplia,
cuando recogía las cosechas y compartía con todas las casas, deseaba que todas
las hermanas estuvieran bien alimentadas y no les faltara nada, teniendo en
cuenta la pobreza y los medios económicos escasos, pero confiando siempre en la
providencia de Dios.
Su criterio basado en la doctrina del evangelio. Tuvo consejos sabios y
oportunos para quienes con sencillez se acercaban a ella. Su deseo era buscar
la voluntad de Dios y su preocupación la salvación de las almas.
El trabajo no impedía la oración, ni la humillación secaba la fuente de
nuestra dicha. (Boletín Informativo General. Caminando Juntas .N°13).
Que interesantes los valores que
podemos resaltar en esta mujer de profunda experiencia de Dios,
entrega y generosidad a las hermanas y al pueblos que acompañó. A través del
servicio de la administración, supo desplegar todos los talentos recibidos de
Dios, como la fortaleza de espíritu, fidelidad y rectitud en bien de la
Congregación, la cual reconoce y agradece la supervivencia y prosperidad de la
misma, para la Madre Laura y sus compañeras ella fue una mujer valiosa para una
empresa tan arriesgada y de tales característica como la de las Misioneras “Cabras”.
Por lo tanto en este proceso de Reestructuración - Revitalización es
necesario dejarnos interpelar por la vida de esta mujer que experimentó la
presencia del Espíritu actuante en cada acontecimiento, supo de manera especial
vivir el verdadero sentido de la pobreza. Me parece que vivimos un momento en que
estamos llamados a ser hombres y mujeres de esperanza. Una esperanza que nace
de la fe, de la confianza en Dios. Esta gran mujer supo entender, seguir a
Jesús reconociéndole a partir de los pobres, que son sin duda el lugar
privilegiado de su manifestación.
Quizá
debamos pensar en una vida religiosa y en una misión menos espectacular y más
como “fermento en medio de la masa”. Necesitamos, nuevas misioneras lauritas y
seglares hombres y mujeres arriesgadas (as), arquitectas (os) de la vida, con
visión de futuro, sensibles a las
necesidades y sufrimientos de los pobres y oprimidos, promotoras y promotores
de la justicia, místicas (os) y profetas.
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