ASAMBLEA
PROVINCIAL - VENEZUELA 2014
Con mucha alegría y en un
clima de oración y de deseo profundo de vivir este momento significativo de
gran trascendencia a nivel Provincial, Congregacional iniciamos se hace necesario fortalecernos en la experiencia de
Dios, disponernos a estar abiertas a su gracia, para ello queremos traer presente
desde la espiritualidad del pueblo
Guarani este símbolo religioso la
Kurusú Marangatú la Cruz Sagrada. Significa nuestro cuerpo
siempre ligado a lo trascendente, a lo divino, al ser superior. Ella representa
los cuatro puntos cardinales, la universalidad la creación y el equilibrio de la tierra.
Para los Guaraní ella es señal
de protección, no puede ser construida con cualquier madera, tiene que ser una
madera especial, (sagrada) que es recogida del monte en un momento de oración.
Quien usa esta cruz es el Ñanderu. (Líder religioso), no todo mundo puede
tenerla. Ella es fuerza, es ligación con Tupã- Dios, El collar que es colocado
en ella es defensa para las enfermedades o cualquier tipo de mal. En este
momento pidamos la protección del Dios de la vida para que juntas continuemos
el proceso de reestructuración que nos conducirá a la tierra sin males. “a otra
Congregación, otro estilo de ser Lauritas hoy es posible”
Sean todas Bienvenidas a esta
Asamblea donde el Señor nos convoca a la
vida. Nos reunimos en su presencia, que
nos invita a la conversión, al cambio, a abrirnos a lo nuevo. Son tiempos difíciles, para nuestro mundo,
para la Iglesia, para nuestro país, para
la Congregación, para la provincia. Pero también son tiempos de gracia, de
presencia del Espíritu…abramos nuestro corazón y escuchemos la voz del Señor
donde la vida clama.
En el pueblo de Israel, la
noción del pequeño resto se fue enriqueciendo a través de los siglos. Al
principio, convertirse en “pequeño resto” era considerado como castigo de Dios,
posteriormente el “pequeño resto” fue signo de una nueva esperanza. Se afirma
frecuentemente que nuestra crisis de reducción numérica tiene que ser el comienzo
de algo nuevo en la historia de la Iglesia, de la Congregación. La crisis de
reducción, que estamos viviendo, nos invita a responder a los signos de los
tiempos, conociendo nuestra realidad social y eclesial y tratando de descubrir
la voluntad de Dios.
Estamos convencidas que
el proceso de Restructuración es una nueva llamada del Espíritu Santo que
nos impulsa a revisar nuestra vida consagrada
y nuestra misión en un mundo que cambia vertiginosamente. Este proceso está
rompiendo muchas pasividades y mediocridades que existían entre nosotras. La
reestructuración está siendo un nuevo Pentecostés, que nos purifica y
fortalece. Creo que estamos a abriendo un nuevo capítulo en la historia de la
Congregación; un capítulo con más esperanza y con ilusiones nuevas.
Desde el Concilio hasta ahora
nuestra congregación ha dado pasos muy significativos y creativos en la
adaptación de nuestra tarea evangelizadora a las mayores urgencias actuales de la Iglesia.
La misión es el eje sobre el
cual gira nuestra vida consagrada y la realidad que da unidad a todas sus
dimensiones. La misión es el principio unificador y la principal fuente de
armonía personal y comunitaria. La misión es el centro sobre el que hay que
hacer girar todo el proceso de reorganización. La fidelidad a nuestra misión
tiene que ser la razón y la meta de una reestructuración auténtica. El Papa Francisco nos dice:
“A una Iglesia que vive encerrada en su comunidad, le pasa lo mismo que a una persona encerrada: se atrofia física y mentalmente. O se deteriora como un cuarto encerrado, donde se expande el moho y la humedad. A una Iglesia autorreferencial le sucede lo mismo que a una persona autorreferencial: se pone paranoica, autista. Es cierto que, si uno sale a la calle, le puede pasar lo que a cualquier hijo de vecino: accidentarse. Pero prefiero mil veces una Iglesia accidentada a una Iglesia enferma. En otras palabras, creo que una Iglesia que se reduce a lo administrativo, a conservar su pequeño rebaño, es una Iglesia que, a la larga, se enferma. El pastor que se encierra no es un auténtico pastor de ovejas, sino un “peinador” de ovejas, que se pasa haciéndole rulitos, en lugar de ir a buscar otras”.
Reestructurar es abrir nuevos horizontes a nuestra misión. No debemos dejar que el tiempo tome las decisiones, que debemos tomar nosotros ahora.El peligro está en resignarse a ser lo que somos y renunciar a la utopía de lo que podemos llegar a ser. Resistirse al cambio es luchar contra molinos de viento, perder la batalla del presente y apearse de un mundo que no está dispuesto a dejar de girar. Consagrarse a Dios no es huir ni escapar del mundo, sino situarse en el lugar más estratégico del mundo para poder impactarle con decisiones nuevas.
Las Lauritas tenemos actualmente la tarea de buscar caminos
para un futuro que no sea simplemente sobrevivencia, sino promesa de vida. La
congregación será lo que nosotros queramos que sea. Si no arriesgamos el
futuro, no lo alcanzaremos y nos iremos haciendo conservadoras. El conservador
no tiene futuro; sólo pretende conservar lo que hay. El futuro no se espera,
se crea. Quienes se contentan con esperar el futuro, no tienen futuro. Cuando
el futuro no se crea en el presente, nace la angustia.
Pidamos la intercesión amorosa de María, nuestra
Madre de Coromoto y Santa Laura Montoya, y dispongámonos a vivir este momento.
Nuevamente Bienvenidas.
1 comentario:
desde Sinamaica saludos a las hermanas: Esperanza,Rosa Ramirez y Yanez, Fanny, Chetini, Ligiay todas las otras hermanas les seguimos por el blog también celebramos la canonización de la madre Laura con una alegre eucaristía en el templo parroquial
Rafito y Neida
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