SANTA LAURA MUJER UNIVERSAL
Después de una semana de
profundización, reflexión y meditación
en el carisma Misionero de nuestra Congregación, queremos con mucha alegría
compartirles esta experiencia que
logramos vivenciar desde una mirada universal, desde nuestros propios carismas
personales que lo van enriqueciendo y haciéndolo más dinámico y abierto a los tiempos siendo conscientes que el carisma sigue
respondiendo a los desafíos de hoy.
Es interesante descubrir como Dios
llama a una persona para una determinada misión infundiendo su Espíritu.
Los últimos Papas, a partir de Pio XI (1924), se han venido preocupando
del papel desempeñado por los Fundadores de los Institutos religiosos en la
Iglesia y particularmente en sus Familias propias. Pero han sido algunos textos
del Concilio Vaticano II, los que han suscitado entre los religiosos un interés
por la figura de sus Fundadores, y la misión propia de cada uno de ellos.
En general podemos decir que los Papas se refieren;
•
A la misión
de cada fundador en la Iglesia;
•
Más a menudo
todavía, a su santidad;
•
A la
permanencia de su espíritu en sus hijos o hijas y a la actualidad del mismo;
•
A las reglas
o Constituciones que compusieron para sus respectivas familias.
Partiendo de esta invitación de los
papas nos hemos preguntado: ¿Hoy nuestro carisma congregacional sigue respondiendo a las nuevas realidades sin
perder el fin por la cual se fundó, viviendo desde las virtudes propias? Madre Laura escribe en su autobiografía: “Quien me diera que jamás se le
cambiara el fin a la Congregación! Y que jamás las hijas de
ellas tuvieran deseo siquiera de salir de ese fin, porque el día que estos suceda retirará Dios la gracia peculiar de la
Congregación...” (Aut. II ed
523,3)
Nuestro
Carisma: Dios Conocido, Amado y Glorificado” por toda la humanidad. Es
importante tener claro que las obras, son la expresión dinámica del carisma pero no
son el Carisma, por eso nuestra vivencia de este carisma debe abrirse a todos
los grupos humanos donde Dios no es
conocido y amado. Bien
conoce Madre Laura la universalidad de su amor cuando escribe: “El deber de amar a los indígenas no nos
autoriza para no amar a las otras almas y no trabajar por ella, cuando Dios nos lo pide”.
Ella vivió su vocación misionera en dimensión universal “Id
por todo el mundo y predicar el Evangelio” (Mt.16,15). Este es su programa
de acción: “Dios mío, no me des
reposo ni aquí en la tierra, ni allá en el cielo, mientras tú seas desconocido
en el mundo”
Queridas hermanas desde el proceso de
restructuración nos queda un reto bastante
grande continuar recreando y conservando con fidelidad este carisma que Dios ha dado a nuestra fundadora y que hoy nosotras
sus hijas espirituales lo heredamos y
somos continuadoras, llevando el evangelio a los lugares más recónditos y
necesitados como una especie de vanguardia en la Iglesia. Queremos extenderles la invitación de retomar
en oración la circular 48 que nos aportará con claridad los medios para
conservar el Espíritu de nuestra Congregación. Solo desde el encuentro íntimo
con Jesús Sediento continuaremos extendiendo el Reino de Dios en el mundo.
Con cariño hermanas Junioras
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