ENTREGARSE POR AMOR

“PEREGRINAS DE LA LUZ"

Acción de gracias por nuestra vida consagrada

 

Gracias Señor por el SÍ de nuestras hermanas Maritza Monsalve, Felicia Díaz, Robertina Andrade, Aura Emilce  y Margarita Bohórquez, porque con su SÍ nos renuevas, nos revitalizas  como Congregación y nos haces ver que tu AMOR es más grande que nuestras debilidades, que nuestras idas y venidas, que cuando tú te empeñas y la persona se abre, se da el ENCUENTRO, un encuentro que  nos habla de camino, de acogida, de perdón, de comprensión, de pasión…. Un encuentro que te llena y que te hace dejarlo todo por TI y por el REINO.

 

 

La vida consagrada es siempre una luz en el camino de la Iglesia, por eso en este día la invitación es agradecer por la luz que irradia cada una de ustedes en la Congregación, en las comunidades locales y pueblos que acompañan, a no perder la «centralidad de Cristo Sediento…

Hoy nosotras,  en la alegría que nos suscita la celebración de los 50 años De Vida Consagrada de la hermana: Margarita Bohórquez  y los 25 años de las Hermanas: Maritza Monsalve, Felicia Díaz, Robertina Andrade y Aura Emilce Pineda.

Renovamos nuestra consagración religiosa iluminadas por aquella luz que un día  dejamos resplandecer.  

Unidas en el nombre del Señor y como peregrinas guiadas por la luz de Santa Laura Montoya, mantengamos encendida en nuestras manos, la luz con que Jesús, el Cristo iluminó en nuestro corazón cuando nos abrió la senda de las bienaventuranzas.

Las velas encendidas quieren simbolizar la vida y compromiso de nuestras hermanas que alumbraron  el caminar de las comunidades locales y pueblos donde compartieron su vida a lo largo de estos 25 años, permitiendo ver las cosas con mayor claridad y llevando la luz de Cristo en sus vidas. Pero en este caminar ha habido momentos de debilidad, oscuridad, obstáculo, las piedras que también traen quieren representar todas las dificultades que superando juntas nos hicieron crecer y madurar como comunidad.

LA LUZ QUE DEBE “SER LUZ”

« Ustedes son la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.

 «Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.  Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa.  Brille así su luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (Mt 5,14 a 15)

Fue una oración en donde cada una expresó cómo ha sido sal y luz a lo largo de su vida Consagrada.