ENTREGARSE POR AMOR

MAGNIFICAT

  BODAS DE PLATA HERMANA AURA CECILIA SÀNCHEZ CARDONA

Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque me ha dado cualidades, dones y talentos para amarlo y servirlo.

Mi Espíritu se Alegra en Dios mi Salvador, por tu gran amor, por tu misericordia, compañía, cercanía, por la paz y serenidad que me regalas en todo momento. Por las bellas experiencias que me has regalado.

Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, te has fijado en mi pequeñez, en mi fragilidad, me miras, me amas, me acompañas, te adhieres a mí en cada Eucaristía recibida.

El todo Poderoso ha hecho en mi, grandes cosas. Sí me has dado la vida, la salud, la alegría de servirte, la generosidad, me has dado el Don de la vocación.

Santo es su nombre, si porque eres Dios el Creador,  Padre, Amigo, Hermano.

Tienes Misericordia de quienes creen en Ti, gracias Señor por tu misericordia, tu perdón, acogida, tu amor.

Actuó con todo su Poder, liberándome, perdonándome, sanándome.

Deshizo los Planes de los Orgullosos, Sí me has librado del mal, de las tentaciones, de los que quieren destruir mi felicidad.

Derribó a los reyes de sus Tronos, a mi de mi orgullo, soberbia, conduciéndome por el camino de la humildad, permitiendo que reconozca mi fragilidad.

Puso en alto a los humildes, me pides que sea humilde, sencilla, simple, descomplicada, transparente, esto te agrada, pues de rodillas es cuando me elevas a tus misterios.

Llenó de Bienes a los hambrientos, Sí Señor, tu siempre atiendes mis necesidades, en los momentos más oscuros me das entendimiento, sabiduría, me colmas de tu amor, de tus gracias y bendiciones.

Despidió a los ricos con las manos vacías, me pides que ponga todo en tus manos, pues tu eres el dueño de todo, que se cumpla en mí tu voluntad.

Ayudó al Pueblo de Israel tu Siervo y no se olvidó de tratarlo con misericordia, Tu siempre estás pronto para ayudarme,  consolarme,  acompañarme, en las personas que me aman. Tu Misericordia me inspira, me da valentía, optimismo, me eleva  a deserte más y más.

Así lo habías prometido a nuestros padres, a Abrahán y descendencia para siempre. Reconozco Señor, mi buen Dios, que siempre eres fiel a tus promesas, me cuidas, siempre estás conmigo en lo íntimo, en lo más profundo de mi ser, estás  presente en la cotidianidad, siento tu fidelidad en todo momento.

“GRACIAS SEÑOR, MI DIOS, MI TODO, MI CONSUELO, MI REFUGIO”